Post by isabela on Oct 2, 2009 17:53:02 GMT -5
-¿Por qué callas mi amigo?- Susurraba el apuesto joven de ojos verdes en el oido de su acompañante.-¿Te asusto? porque eso no tiene sentido.- Sin una sola palabra Jonathan se levantó del suelo, caminó tres pasos lejos de quien esperaba alguna respuesta.
Jonathan ahora no tenía nadie en quien confiar, solo él y su conciencia. Mientras revisaba su ropa blanca, pura, sin una sola mancha, sus ojos verdes ardian en odio y satisfacción.
-¿POR QUÉ CALLAS?- gritó alterado- no hay razón para eso, te entenderé... ¿No estás satisfecho conmigo? ¡ja!, que pregunta más tonta... Nunca lo estuviste, todo lo que venía de tí eran mentiras y estupideces. No te agrado, lo se- Jonathan se detuvo frente al espejo de la habitación, de verdad estaba cansado, todo su cuerpo lo demostraba, sus manos tensas, las venas que resaltaban en su frente, el acelerado latido de su corazón y sus ojos verdes inyectados de sangre.
-¿Sabes?-continuó-tu a mi tampoco... Maldito hipocrita, me heriste tan cruelemente, no te importa nada, nunca amaste a nada, ni nadie, no sirves de mucho, es que... ni siquiera eres guapo, te rebajaste a quitarme todo, cada parte de mi se quedaba sin nada, mientras tu te apoderabas de todo-
Jonathan contemplaba al hombre callado, lo miraba con odio, tristeza y escondida tras esas emociones, estaba la satisfacción.
-Nunca me decepcioné tanto de nadie, como me decepcioné de ti, te quise, en serio, esperaba de ti algo de admiración, afecto o amabilidad. Pero solo me arrebataste a la primera persona que amé... Podias quitarme mi propia vida, pero mi madre era tanto para mi, luego te llevaste a mi hermano, lo mandaste a un lugar que yo quise encontrar, pero claro, eso no me lo diste. Luego me aislaste de cada mujer, cada persona, cada ser vivo que me rodeaba.- calló mientras se sentaba al lado del pálido hombre, le pasó el brazo por detras del cuello y lo miró con admiración fingida.-Nunca conocí el amor, por supuesto que ahora podré conocerlo, estaré seguro, me has dado la libertad, ahora que me temes. Pero ¿alguna vez te apiadaste de mi? ese pobre niño, te confieso que una vez tuve la ilusión de que me dejaras salir de esa amplia mansión, para conocer el mundo y buscar algun chico o animal que quisiera tratarme de una mejor forma. Por un tiempo, casi a mis once años, mi unico amigo, lo creé yo mismo, él te odiaba, queriamos salir a jugar con todos, ir a una escuela normal. Con el tiempo me concentré en ti, me puse en tus zapatos y ¡no eran comodos amigo! Ya que no hay razón logica por la cual poner a un inocente niño en esas circunstancias.-
Al notar sus manos apretando el cuello de su acompañante Joanthan se levantó de nuevo y caminó por la oscura habitación.-Pero yo si estoy orgulloso de mi mismo, luego de de once años, once largos y malditos años, soy libre, conoceré el amor, la libertad y el mundo de afuera, porque he acabado con tu vida, del modo que tu acabaste con la de mis seres queridos, a mis dieciséis años viviré la vida, lamento dejarte solo, pero debo irme, el mundo me espera y cumpliré esa cita, ahora que he cumplido mi venganza querido padre, saluda a mamá y a mi hermano de mi parte, si es que vas al mismo lugar que ellos, ¡fuiste un gran padre!-Jonathan salió de la habitación sin cambiar nada, dejó el cadaver de su padre sobre la cama y se decidió a salir de la ciudad.
Jonathan ahora no tenía nadie en quien confiar, solo él y su conciencia. Mientras revisaba su ropa blanca, pura, sin una sola mancha, sus ojos verdes ardian en odio y satisfacción.
-¿POR QUÉ CALLAS?- gritó alterado- no hay razón para eso, te entenderé... ¿No estás satisfecho conmigo? ¡ja!, que pregunta más tonta... Nunca lo estuviste, todo lo que venía de tí eran mentiras y estupideces. No te agrado, lo se- Jonathan se detuvo frente al espejo de la habitación, de verdad estaba cansado, todo su cuerpo lo demostraba, sus manos tensas, las venas que resaltaban en su frente, el acelerado latido de su corazón y sus ojos verdes inyectados de sangre.
-¿Sabes?-continuó-tu a mi tampoco... Maldito hipocrita, me heriste tan cruelemente, no te importa nada, nunca amaste a nada, ni nadie, no sirves de mucho, es que... ni siquiera eres guapo, te rebajaste a quitarme todo, cada parte de mi se quedaba sin nada, mientras tu te apoderabas de todo-
Jonathan contemplaba al hombre callado, lo miraba con odio, tristeza y escondida tras esas emociones, estaba la satisfacción.
-Nunca me decepcioné tanto de nadie, como me decepcioné de ti, te quise, en serio, esperaba de ti algo de admiración, afecto o amabilidad. Pero solo me arrebataste a la primera persona que amé... Podias quitarme mi propia vida, pero mi madre era tanto para mi, luego te llevaste a mi hermano, lo mandaste a un lugar que yo quise encontrar, pero claro, eso no me lo diste. Luego me aislaste de cada mujer, cada persona, cada ser vivo que me rodeaba.- calló mientras se sentaba al lado del pálido hombre, le pasó el brazo por detras del cuello y lo miró con admiración fingida.-Nunca conocí el amor, por supuesto que ahora podré conocerlo, estaré seguro, me has dado la libertad, ahora que me temes. Pero ¿alguna vez te apiadaste de mi? ese pobre niño, te confieso que una vez tuve la ilusión de que me dejaras salir de esa amplia mansión, para conocer el mundo y buscar algun chico o animal que quisiera tratarme de una mejor forma. Por un tiempo, casi a mis once años, mi unico amigo, lo creé yo mismo, él te odiaba, queriamos salir a jugar con todos, ir a una escuela normal. Con el tiempo me concentré en ti, me puse en tus zapatos y ¡no eran comodos amigo! Ya que no hay razón logica por la cual poner a un inocente niño en esas circunstancias.-
Al notar sus manos apretando el cuello de su acompañante Joanthan se levantó de nuevo y caminó por la oscura habitación.-Pero yo si estoy orgulloso de mi mismo, luego de de once años, once largos y malditos años, soy libre, conoceré el amor, la libertad y el mundo de afuera, porque he acabado con tu vida, del modo que tu acabaste con la de mis seres queridos, a mis dieciséis años viviré la vida, lamento dejarte solo, pero debo irme, el mundo me espera y cumpliré esa cita, ahora que he cumplido mi venganza querido padre, saluda a mamá y a mi hermano de mi parte, si es que vas al mismo lugar que ellos, ¡fuiste un gran padre!-Jonathan salió de la habitación sin cambiar nada, dejó el cadaver de su padre sobre la cama y se decidió a salir de la ciudad.